Es el más atípico de la serie, ya que está dedicado al patrimonio inmaterial. ¿De qué se trata? Como explica la antropóloga Silvia Perla García en la introducción, “para que un elemento cultural sea considerado 'patrimonio' debe ser reconocido por uno o más grupos como parte de su historia, su modo de ser y su identidad cultural”. En este amplio universo están incluidos los saberes, las tradiciones, los juegos, las artesanías, la música, las fiestas populares y la gastronomía.
Nadie podría en duda que el tango, el dulce de leche o el gaucho forman parte de nuestra identidad, pero además son patrimonio inmaterial las fiestas típicas de las colectividades de inmigrantes, como los galeses en Chubut o los bolivianos en algunas zonas de la Ciudad de Buenos Aires. Y los rituales indígenas como el culto a la Pachamama o el Nguillatún de los mapuches. También los juegos como la rayuela o la escondida, y el Carnaval de Gualeuaychú.
Así, el último tomo de la colección ofrece un recorrido por distintas provincias, desde las Fiestas Patronales de Iruya, hasta los Tambores de Plaza Dorrego, pasando por la Payada Rioplatense y la ciudad santafesina de Moisés Ville, entre otros ejemplos.
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