Un nuevo tomo se suma a la colección Patrimonio Argentino, editada
por Diario de Arquitectura y el CICOP (Centro Internacional para la
Conservación del Patrimonio). Este capítulo de la serie propone un
recorrido por las más fastuosas residencias construidas por la alta
burguesía entre fines del siglo XIX y principios del siglo XX. Como bien
dice en el prólogo el arquitecto Julio Cacciatore, se trata de
construcciones que nos acercan a las formas del habitar en la Argentina
opulenta, disfrutada por las elites de aquellas épocas.
La
existencia de estos palacios se explica a partir del deseo de equiparar
el estilo de vida local al de la admirada nobleza europea,
fundamentalmente la parisina. Así fue que desde fines del siglo XIX los
modelos afrancesados, copiados con mayor o menor fidelidad al original,
invadieron Buenos Aires y algunas grandes ciudades del interior.
Por las páginas del volumen
desfilan palacios suntuosos como el de la familia Paz (obra de Carlos
Agote), el Palacio Errázuriz (actual Museo de Arte Decorativo), el
Palacio Pereda (hoy Embajada de la República del Brasil), los palacios
Duhau y Alzaga Unzué (que actualmente funcionan como hoteles de lujo),
el Palacio Ortiz Basualdo (sede de la Embajada de Francia) el Palacio
Ferreyra, en Córdoba, convertido en Museo el Palacio Duhau, o el Palacio
Sans-Souci, ubicado en las afueras de Buenos Aires.
También
se incluyen petits hotels como la Casa Nougués, en Tucumán; la
Residencia Gibert de La Plata, el Edificio Insud, en pleno centro de
Buenos Aires o la también porteña construcción de la calle Paraná al
900.
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